MEMORIAS DE LA NIÑEZ
Dicen que los recuerdos adquiridos en una etapa de la niñez no se olvidan nunca y en cierta manera te marcan para siempre.
Mis recuerdos de la niñez en Camarzana están intimamente ligados a mi primo Evelio que podría ser muy bien el nombre genérico de cualquier muchacho con gran habilidad, buena inteligencia y un gran grado de autonomía que le hacían el lider indiscutible del pueblo y por extensión mi ídolo al que quería parecerme.
Evelio poseía una mezcla de fuerza física , habilidad e inteligencia que le hacía sobresalir en todas las facetas de la vida ya sea juego, estudio o trabajo porque no nos engañemos el trabajo formaba parte de nuestra niñez durante muchas horas al día sobre todo en verano cuando las moratonianas jornadas de la trilla en verano hacían que nuestro cuerpo adquiriese un tono tan moreno que más bien parecía negro. De estas jornadas de trilla guardo muy buenos recuerdos, entre relevo y relevo del trillo ,que nos hacía mi abuelo o la madre de Evelio,nos perdíamos en el Regato, un pequeño arroyo de aguas estancadas en verano pero rico en fauna, allí después de refrescarnos desnudos en La Laguna nos dedicábamos a nuestra verdadera aficción , la pesca.Esta la realizábamos bien con una caña normal o cuando bajaba el nivel de las aguas directamente a mano.Las especies que pescábamos eran variadas, tencas,carpas,barbos o los tan apreciados cangrejos autóctonos tan diferentes a los actuales americanos; para esta tarea mi primo tenía una habilidad especial pero también un mal genio que sacaba cuando por mi torpeza se me escapaba un pez de las manos o tiraba de la caña antes de que el pez hubiese tragado el anzuelo, el pez picaba varías veces y sólo cuando el corcho se hundía podías tirar de la caña.Claro que esta faceta de la pesca contado aquí así parece un juego pero no lo era porque la mayor parte de las veces que nos relevaban de la tortuta del trillo era para que nos trajésemos la merienda o la cena del Regato con unos buenos peces o cangrejos y el hecho de volver con las manos vacias no era muy bien recibido por mi abuelo o mi tía quienes nos recriminaban el haber perdido el tiempo en el arroyo.
Las cualidades y habilidade de mi primo en más de una ocasión me salvaron de una zurra por parte del abusón del pueblo que como en todos los pueblos existía y solía ser el más fuerte fisicamente pero no muy dotado intelectualmente cualidad de la que Evelio tenía a raudales.Bueno pues este personaje que nos sacaba a todos tres cabezas, de vez en cuando fumaba y se saltaba las normas más inculcadas a todos, como las de no robar los bienes ajenos( que no pasaban de unas cuantas ciruelas o una sandía)a la torera solía darnos unos cuantos puñetazos a la mínima lo cuál hacía que desarrollásemos una especial habilidad para evitarlo o ejercitar nuestras habilidades atléticas como las de correr. Aún recuerdo uno de esos encuentros con mi inseparable primo: Este abusón que hoy en día lo catalogarían nuestros psicólogos como "el perseguidor"nunca se había enfrentado a Evelio no sé si por ocasión o porque intuía que algo iba a salirle mal, el motivo no lo recuerdo pero sólo sé que terminó con un par de ojos amoratados, multiples arañazos por el cuerpo y más de un moratón. A partir de este día Evelio fue mi salvación, al menor intento de sacudirme sólo tenía que decir "tú dame que se lo digo a mi primo Evelio y ya verás", era la mejor medicina contra el abuso.
Las jornadas de caza estaban asociadas a la siega .Como eramos pequeños nos encargaban tareas como las de llevar la comida, ir a por agua a los pozos o llevar ciruelas o manzanas frescas de los huertos.Entre tarea y tarea, acompañados de la perra de mi primo llamada Lobata ,nos acercábamos a las proximidades de los barreros y despues de agitar las matas de encinas hacíamos salir a los atemorizados conejos que caían tragicamente en las fauces de Lobata para nuestro regocijo infantil. Con los pollos de perdiz ya no era tan eficiente ya que debido a los mordiscos que les propinaba les dejaba inservibles para comer.Qué orgullo el nuestro cuando nos acercábamos a los segadores con nuestros trofeos y recibíamos todos tipo de alabanzas sabedores de que esa noche comeríamos carne.
La pesca en el río ya no era tan fácil como en el Regato ,el río era más grande y nuestras cañas pequeñas. Como siempre la actividad de la pesca en el río estaba asociada a alguno de nuestros trabajos infantiles que en esta ocasión era la de cuidar o recoger las vacas que durante la primavera y principios del verano aprovechaban para pastar la hierba fresca de las orillas del río.En esto de la pesca fluvial Evelio tambien tenía sus trucos que a veces copiaba de Manolo el panadero, verdadero genio en esto de la pesca de las truchas; provisto de una caña de las que crecían en los huertos, con un trozo de sedal , un anzuelo y un plomo nos colocábamos en las corrientes del río y moviendo con tiento la caña lográbamos engañar a una buena cantidad de bogas , algún barbo y de tarde en tarde a alguna despistada trucha que se le había escapado a Manolo el panadero.
Evelio llevaba también sus habilidades a los deportes y cuando teníamos una pelota, cosa que no siempre sucedía, nos dedicábamos con entusiasmo a la práctica del fútbol.La verdad es que sus habilidades deportivas lograron despertar en mi un poco de envidia y más viendo como en los juegos organizados en las fiestas del pueblo se llevaba todos los premios quedando yo en total sequía pero bueno prefería que fuese él el ganador porque en cierto modo yo también me sentía participe del éxito al ser mi mejor amigo.
Los caminos de mi primo y los míos se separaron a los 12 años cuando mis padres me internaron para realizar Bachillerato para, según sus palabras ,"hacerme un hombre de provecho". Evelio siguió en la escuela hasta los 14 ,a esa edad el maestro del pueblo, le propuso ,debido a sus buenas aptitudes intelectuales, para ser uno de los afortunados en lograr una beca de estudios para el instituto.El era el más preparado y así lo hizo constar el maestro, pero el caciquismo y la injusticia reinante en la España de los 60 hizo que las 2 únicas becas disponibles para los niños del pueblo recayesen en los 2 hijos del médico quedando fuera mi primo quien hubiese realizado una carrera brillante acorde con sus posibilidades.Este hecho siempre me ha servido de base para luchar por la justicia y la igualdad de oportunidades entre todos y a mis alumnos siempre he tratado de inculcarles este principio que creo esencial para lograr una sociedad más justa y solidaria.
Mis recuerdos de la niñez en Camarzana están intimamente ligados a mi primo Evelio que podría ser muy bien el nombre genérico de cualquier muchacho con gran habilidad, buena inteligencia y un gran grado de autonomía que le hacían el lider indiscutible del pueblo y por extensión mi ídolo al que quería parecerme.
Evelio poseía una mezcla de fuerza física , habilidad e inteligencia que le hacía sobresalir en todas las facetas de la vida ya sea juego, estudio o trabajo porque no nos engañemos el trabajo formaba parte de nuestra niñez durante muchas horas al día sobre todo en verano cuando las moratonianas jornadas de la trilla en verano hacían que nuestro cuerpo adquiriese un tono tan moreno que más bien parecía negro. De estas jornadas de trilla guardo muy buenos recuerdos, entre relevo y relevo del trillo ,que nos hacía mi abuelo o la madre de Evelio,nos perdíamos en el Regato, un pequeño arroyo de aguas estancadas en verano pero rico en fauna, allí después de refrescarnos desnudos en La Laguna nos dedicábamos a nuestra verdadera aficción , la pesca.Esta la realizábamos bien con una caña normal o cuando bajaba el nivel de las aguas directamente a mano.Las especies que pescábamos eran variadas, tencas,carpas,barbos o los tan apreciados cangrejos autóctonos tan diferentes a los actuales americanos; para esta tarea mi primo tenía una habilidad especial pero también un mal genio que sacaba cuando por mi torpeza se me escapaba un pez de las manos o tiraba de la caña antes de que el pez hubiese tragado el anzuelo, el pez picaba varías veces y sólo cuando el corcho se hundía podías tirar de la caña.Claro que esta faceta de la pesca contado aquí así parece un juego pero no lo era porque la mayor parte de las veces que nos relevaban de la tortuta del trillo era para que nos trajésemos la merienda o la cena del Regato con unos buenos peces o cangrejos y el hecho de volver con las manos vacias no era muy bien recibido por mi abuelo o mi tía quienes nos recriminaban el haber perdido el tiempo en el arroyo.
Las cualidades y habilidade de mi primo en más de una ocasión me salvaron de una zurra por parte del abusón del pueblo que como en todos los pueblos existía y solía ser el más fuerte fisicamente pero no muy dotado intelectualmente cualidad de la que Evelio tenía a raudales.Bueno pues este personaje que nos sacaba a todos tres cabezas, de vez en cuando fumaba y se saltaba las normas más inculcadas a todos, como las de no robar los bienes ajenos( que no pasaban de unas cuantas ciruelas o una sandía)a la torera solía darnos unos cuantos puñetazos a la mínima lo cuál hacía que desarrollásemos una especial habilidad para evitarlo o ejercitar nuestras habilidades atléticas como las de correr. Aún recuerdo uno de esos encuentros con mi inseparable primo: Este abusón que hoy en día lo catalogarían nuestros psicólogos como "el perseguidor"nunca se había enfrentado a Evelio no sé si por ocasión o porque intuía que algo iba a salirle mal, el motivo no lo recuerdo pero sólo sé que terminó con un par de ojos amoratados, multiples arañazos por el cuerpo y más de un moratón. A partir de este día Evelio fue mi salvación, al menor intento de sacudirme sólo tenía que decir "tú dame que se lo digo a mi primo Evelio y ya verás", era la mejor medicina contra el abuso.
Las jornadas de caza estaban asociadas a la siega .Como eramos pequeños nos encargaban tareas como las de llevar la comida, ir a por agua a los pozos o llevar ciruelas o manzanas frescas de los huertos.Entre tarea y tarea, acompañados de la perra de mi primo llamada Lobata ,nos acercábamos a las proximidades de los barreros y despues de agitar las matas de encinas hacíamos salir a los atemorizados conejos que caían tragicamente en las fauces de Lobata para nuestro regocijo infantil. Con los pollos de perdiz ya no era tan eficiente ya que debido a los mordiscos que les propinaba les dejaba inservibles para comer.Qué orgullo el nuestro cuando nos acercábamos a los segadores con nuestros trofeos y recibíamos todos tipo de alabanzas sabedores de que esa noche comeríamos carne.
La pesca en el río ya no era tan fácil como en el Regato ,el río era más grande y nuestras cañas pequeñas. Como siempre la actividad de la pesca en el río estaba asociada a alguno de nuestros trabajos infantiles que en esta ocasión era la de cuidar o recoger las vacas que durante la primavera y principios del verano aprovechaban para pastar la hierba fresca de las orillas del río.En esto de la pesca fluvial Evelio tambien tenía sus trucos que a veces copiaba de Manolo el panadero, verdadero genio en esto de la pesca de las truchas; provisto de una caña de las que crecían en los huertos, con un trozo de sedal , un anzuelo y un plomo nos colocábamos en las corrientes del río y moviendo con tiento la caña lográbamos engañar a una buena cantidad de bogas , algún barbo y de tarde en tarde a alguna despistada trucha que se le había escapado a Manolo el panadero.
Evelio llevaba también sus habilidades a los deportes y cuando teníamos una pelota, cosa que no siempre sucedía, nos dedicábamos con entusiasmo a la práctica del fútbol.La verdad es que sus habilidades deportivas lograron despertar en mi un poco de envidia y más viendo como en los juegos organizados en las fiestas del pueblo se llevaba todos los premios quedando yo en total sequía pero bueno prefería que fuese él el ganador porque en cierto modo yo también me sentía participe del éxito al ser mi mejor amigo.
Los caminos de mi primo y los míos se separaron a los 12 años cuando mis padres me internaron para realizar Bachillerato para, según sus palabras ,"hacerme un hombre de provecho". Evelio siguió en la escuela hasta los 14 ,a esa edad el maestro del pueblo, le propuso ,debido a sus buenas aptitudes intelectuales, para ser uno de los afortunados en lograr una beca de estudios para el instituto.El era el más preparado y así lo hizo constar el maestro, pero el caciquismo y la injusticia reinante en la España de los 60 hizo que las 2 únicas becas disponibles para los niños del pueblo recayesen en los 2 hijos del médico quedando fuera mi primo quien hubiese realizado una carrera brillante acorde con sus posibilidades.Este hecho siempre me ha servido de base para luchar por la justicia y la igualdad de oportunidades entre todos y a mis alumnos siempre he tratado de inculcarles este principio que creo esencial para lograr una sociedad más justa y solidaria.
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Manuel